viernes, 19 de abril de 2013

TEXTOS SOBRE "MI LUCHA"

Sobre los judíos
“El judío se hace también intempestivamente liberal y se muestra un entusiasta del progreso necesario a la humanidad. Poco a poco llega a hacerse de ese modo el portavoz de una nueva época.
Pero lo cierto es que él continúa destruyendo radicalmente los fundamentos de una economía realmente útil al pueblo. Indirectamente, adquiriendo acciones industriales, se introduce en el círculo de la producción nacional; convierte esta en un objeto de fácil especulación mercantilista, despojando a las industrias y fábricas de su base de propiedad personal. De aquí nace aquel alejamiento subjetivo entre el patrón y el trabajador que conduce más tarde a la división política de las clases sociales.
Al cabo de todo, gracias a la bolsa, crece con extraordinaria rapidez la influencia del judío en el terreno económico. Asume el carácter de propietario o por lo menos el de controlador de las fuentes nacionales de producción.
Para reforzar su posición política, el judío trata de eliminar las barreras establecidas en el orden social y civil que todavía le molestan a cada paso. Se empeña, con la tenacidad que le es peculiar, en favor de la tolerancia religiosa y tiene en la francmasonería, que cayó completamente en sus manos, un magnífico instrumento para cohonestar y lograr la realización de sus fines.
Los círculos oficiales, del mismo modo que las esferas superiores de la burguesía política y económica, se dejan coger insensiblemente en el garlito judío por medio de lazos masónicos. Pero el pueblo mismo no cae en la fina red de la francmasonería; para reducirlo sería menester valerse de recursos más torpes, pero no por eso menos eficaces.
Junto a la francmasonería está la prensa como una segunda arma al servicio del judaísmo. Con rara perseverancia y suma habilidad sabe el judío apoderarse de la prensa, mediante cuya ayuda comienza paulatinamente a cercar ya sofisticar, a manejar ya mover el conjunto de la vida pública (…).
Mientras el judío parece desbordarse en el ansia de «luces», de «progresos», de «libertades», de «humanidad», etc., práctica íntimamente un estricto exclusivismo de su raza. Si bien es cierto que a menudo fomenta el matrimonio de judías con cristianos influyentes, en cambio, sabe mantener pura su descendencia masculina. Envenena la sangre de otros, en tanto que conserva incontaminado la suya propia. Rara vez el judío se casa con una cristiana, pero sí el cristiano con una judía. Los bastardos de tales uniones tienden siempre aliado judío. Esta es la razón por la cual, ante todo, una parte de la alta nobleza está degenerando completamente. Esto lo sabe el judío muy bien y practica por eso sistemáticamente este modo de «desarmar» a la clase dirigente de sus adversarios de raza.
Para disimular sus manejos y adormecer a sus víctimas no cesa de hablar de la igualdad de todos los hombres, sin diferencia de raza ni color. Los imbéciles se dejan persuadir (…)”.
Adolf Hitler. Mi lucha. 1924.

Sobre la gran guerra
“La guerra de 1914 no fue impuesta a las masas -Dios es testigo de ello-, sino todo lo contrario, deseada por todo el pueblo […] También para mí estas horas fueron como una liberación de penosas impresiones de mi juventud. No me da ninguna vergüenza decir hoy que, transportado por un entusiasmo tumultuoso, caí de rodillas y agradecí al cielo de todo corazón el haberme otorgado la dicha de poder vivir en una época como aquella […] [Para los alemanes, sin embargo] […] ¡fueron vanos todos los sacrificios y todas las privaciones!, ¡fue en vano haber sufrido hambre y sed durante meses interminables; inútiles las horas en que, oprimidos por la angustia de la muerte, cumplíamos, sin embargo, con nuestro deber! ¡Inútil el holocausto de dos millones de hombres que encontraron la muerte!
¿No van a abrirse las tumbas de estos centenares de miles de hombres, que un día salieron de las trincheras para no volver jamás? ¿No debieran abrirse y enviar, como fantasmas vengadores, a los hombres mudos, cubiertos de lodo y de sangre, hacia la patria que con tal irrisión les escamotea el supremo sacrificio que un hombre puede hacer por su pueblo en este mundo? […] ¿Fue este el objetivo del sacrificio que la madre alemana ofrendó a la patria, cuando con su corazón transido dejó partir a sus hijos más queridos, para no volver a verlos jamás? ¿Todo esto ocurrió para que un puñado de criminales pudiera apoderarse de nuestro país?”

Sobre la educación
“(...) Fundándose en esta convicción, el Estado racista no particulariza su misión educadora a la mera tarea de insuflar conocimientos del saber humano, no; su objetivo consiste, en primer término, en formar hombres físicamente sanos, en segundo plano está el desarrollo de las facultades mentales y aquí, a su vez en lugar preferente, la educación del carácter y sobre todo el fomento de la fuerza de voluntad y de decisión, habituando al educando a asumir gustoso la responsabilidad de sus actos, sólo después de todo es lo viene la instrucción científica (...).
Del mismo modo que el Estado racista tendrá un día que dedicar la máxima atención a la educación de la voluntad y de la fuerza de resolución, deberá igualmente desde un comienzo imbuir en los corazones de la juventud la satisfacción de la responsabilidad y la fe en su credo ideológico (...).
Por lo demás, es tarea de un Estado racista velar porque al fin se llegue a escribir una Historia Universal donde el problema racial ocupe lugar preponderante (…).
También la ciencia tiene que servir al Estado racista como un medio hacia el fomento del orgullo nacional. Se debe enseñar desde este punto de vista no sólo la Historia Universal, sino toda la historia de la cultura humana. No bastará que un inventor aparezca grande únicamente como inventor, sino que debe aparecer todavía más grande como hijo de la nación. La admiración que inspira todo hecho magno debe transformarse en el orgullo de saber que el promotor del mismo es un compatriota. Del innumerable conjunto de los grandes hombres que llenan al Historia alemana, se impone seleccionar los más eminentes para inculcarlos en la mente de la juventud, de tal modo que esos hombres se conviertan en columnas inconmovibles del sentimiento nacional (...).
La culminación de toda labor educacional del Estado racista consistirá en infiltrar instintiva y racionalmente en los corazones y los cerebros de la juventud que le está confiada, la noción y el sentimiento de raza. Ningún adolescente, sea varón o mujer, deberá dejar la escuela antes de hallarse plenamente convencido de lo que significa la puridad de la sangre y su necesidad. Además, esta situación desde el punto de vista racial, tiene que alcanzar su perfección en el servicio militar, es decir, que el tiempo que dure este servicio hay que considerarlo como la etapa final del proceso normal de la educación del alemán en general (...).”
A.   Hitler. Mi lucha. 1924.


Sobre el racismo
"Sólo un territorio suficientemente amplio puede garantizar a un pueblo la libertad de su vida (…) Hacía siglos que Rusia se había mantenido gracias al núcleo germánico de sus esferas superiores (…). En su lugar se ha puesto el judío; pero así como es imposible que el pueblo ruso sacuda por sí solo el yugo israelita no es menos imposible que los judíos logren sostener, a la larga, bajo su poder, el gigantesco organismo ruso (…). El coloso del este está maduro para el derrumbamiento. Y el fin de la dominación judaica en Rusia será al mismo tiempo el fin de Rusia como estado. Estamos predestinados a ser testigos de una catástrofe que constituirá la prueba más formidable para la verdad de nuestra teoría racista."
A. Hitler, Mi lucha, 1924.


Leyes de Núremberg

"Profundamente convencido de que la preservación de la sangre alemana es la condición primera de la supervivencia del pueblo alemán y animado de la irreductible voluntad de asegurar definitivamente el porvenir de la nación alemana, el Reichstag ha adoptado por unanimidad y promulga la siguiente ley:
Artículo 7:
7. Quedan prohibidos los matrimonios entre judíos y súbditos de sangre alemana o asimiladas. Los matrimonios concertados a pesar de esta prohibición son nulos de todo derecho, incluso si, para burlar la ley, hubiesen sido contraídos en el extranjero.
2. Sólo el Procurador puede invocar una causa de nulidad.
Artículo 2: Quedan asimismo prohibidas las relaciones extraconyugales entre judíos y súbditos de sangre alemana o asimilada.
Artículo 3: Queda prohibido que los judíos contraten como empleadas de hogar a mujeres de sangre alemana o asimilada, de menos de 45 años.
Artículo 4:
7. Queda prohibido que los judíos enarbolen o engalanen con los colores nacionales.
2. En cambio, pueden engalanar con los colore: judíos. El ejercicio de este derecho queda garantizado por el Estado.
Articulo 5:
7. Quien contravenga las disposiciones del artículo 1, puede ser sometido a reclusión.
2. El hombre que contravenga las disposiciones del artículo 2, puede ser sometido a prisión o reclusión.
3. Quien contravenga las disposiciones de los artículos 3 y 4 puede ser sometido a multa o a una pena de prisión de hasta 1 año.
Artículo 6: El Ministerio del Interior del Reich de acuerdo con el Representante del Führer, dictará las prescripciones legales y administrativas necesarias para la aplicación y publicación de la presente ley.
Artículo 7: La presente ley entrará en vigor el día siguiente de su promulgación, excepto el artículo 3, cuya vigencia será a partir del 1 de enero de 1936.
Núremberg, 15 de septiembre de 1935.
El Führer y Canciller del Reich."


SOBRE EL ANTISEMITISMO

“Todo lo que admiramos en este mundo -la ciencia, el arte, la habilidad técnica y la inventiva- es producto creador de un número reducido de naciones únicamente y en su origen, quizá, de una sola raza. La existencia misma de esa cultura depende de aquellas naciones. Si las mismas pereciesen se llevarían consigo toda la belleza de esta tierra.
Si dividiéramos a la raza humana en tres categorías -fundadores, conservadores y destructores de la cultura- sólo la estirpe aria podría ser considerada como representante de la primera categoría (...). La mezcla de la sangre y el menoscabo del nivel racial que le es inherente constituyen la única y exclusiva razón del hundimiento de las antiguas civilizaciones. No es la pérdida de una guerra lo que arruina a la Humanidad, sino la pérdida de la capacidad de resistencia, que pertenece a la raza solamente (…).
El antípoda del ario es el judío. Es difícil que exista en el mundo nación alguna en la que el instinto de la propia conservación se halle tan desarrollado como en el "pueblo escogido". La mejor prueba de ello la constituye el hecho de que esta raza continúa existiendo. Si pasamos revista a todas las causas del desastre alemán (en la pasada guerra), advertiremos que la causa final y decisiva habrá de verse en el hecho de no haber comprendido el problema racial y, en especial, la amenaza judía.”

A. Hitler. Mi Lucha. 1925.

“El judío se hace también intempestivamente liberal y se muestra un entusiasta del progreso necesario a la humanidad. Poco a poco llega a hacerse de ese modo el portavoz de una nueva época.
Pero lo cierto es que él continúa destruyendo radicalmente los fundamentos de una economía realmente útil al pueblo. Indirectamente, adquiriendo acciones industriales, se introduce en el círculo de la producción nacional; convierte esta en un objeto de fácil especulación mercantilista, despojando a las industrias y fábricas de su base de propiedad personal. De aquí nace aquel alejamiento subjetivo entre el patrón y el trabajador que conduce más tarde a la división política de las clases sociales.
Al cabo de todo, gracias a la bolsa, crece con extraordinaria rapidez la influencia del judío en el terreno económico. Asume el carácter de propietario o por lo menos el de controlador de las fuentes nacionales de producción.
Para reforzar su posición política, el judío trata de eliminar las barreras establecidas en el orden social y civil que todavía le molestan a cada paso. Se empeña, con la tenacidad que le es peculiar, en favor de la tolerancia religiosa y tiene en la francmasonería, que cayó completamente en sus manos, un magnífico instrumento para cohonestar y lograr la realización de sus fines.
Los círculos oficiales, del mismo modo que las esferas superiores de la burguesía política y económica, se dejan coger insensiblemente en el garlito judío por medio de lazos masónicos. Pero el pueblo mismo no cae en la fina red de la francmasonería; para reducirlo sería menester valerse de recursos más torpes, pero no por eso menos eficaces.
Junto a la francmasonería está la prensa como una segunda arma al servicio del judaísmo. Con rara perseverancia y suma habilidad sabe el judío apoderarse de la prensa, mediante cuya ayuda comienza paulatinamente a cercar ya sofisticar, a manejar ya mover el conjunto de la vida pública (…).
Mientras el judío parece desbordarse en el ansia de «luces», de «progresos», de «libertades», de «humanidad», etc., práctica íntimamente un estricto exclusivismo de su raza. Si bien es cierto que a menudo fomenta el matrimonio de judías con cristianos influyentes, en cambio, sabe mantener pura su descendencia masculina. Envenena la sangre de otros, en tanto que conserva incontaminado la suya propia. Rara vez el judío se casa con una cristiana, pero sí el cristiano con una judía. Los bastardos de tales uniones tienden siempre aliado judío. Esta es la razón por la cual, ante todo, una parte de la alta nobleza está degenerando completamente. Esto lo sabe el judío muy bien y practica por eso sistemáticamente este modo de «desarmar» a la clase dirigente de sus adversarios de raza.
Para disimular sus manejos y adormecer a sus víctimas no cesa de hablar de la igualdad de todos los hombres, sin diferencia de raza ni color. Los imbéciles se dejan persuadir (…)”.
Adolf Hitler. Mi lucha. 1924.

 Oraciones....
Antes de la comida.
"¡Fürher, mi Fürher, concedido a mí por el Señor, ¡Protégeme y resguárdame mientras viva¡
Tú has salvado o Alemania de la más profunda aflicción.
Hoy te doy gracias por mi pan cotidiano.
Estate mucho tiempo ¡unto a mí, no me desampares ¡Fürher, mi Fürher, mi fe y mi luz¡
¡Heil, mein Fürher!
Después de la comida.
Gracias a ti por esta generosa comida
¡Protector de la juventud y de los ancianos. Sé que tienes desvelos, pero no inquietudes.
Estoy contigo día y noche,
descansa tu cabeza en mi regazo.
¡Ten, mi Furher, la seguridad de que eres grande¡
¡Heil, mein Furher!.”

Plegaria de los niños de Colonia antes y después de las comidas.

Política totalitaria.
“El terror sigue siendo utilizado por los regímenes totalitarios incluso cuando ya han sido logrados sus objetivos psicológicos: su verdadero horror estriba en que reina sobre una población completamente sometida. Allí donde es llevado a la perfección el dominio del terror, como en los campos de concentración, la propaganda desaparece por completo; quedó incluso totalmente prohibida en la Alemania nazi. La propaganda, en otras palabras, es un instrumento del totalitarismo, y posiblemente el más importante, en sus relaciones con el mundo no totalitario; el terror, al contrario, constituye la verdadera esencia de su forma de gobierno […] matando a pequeños funcionarios socialistas y a miembros influyentes de los partidos adversarios trataron de demostrar a la población los peligros que implicaba la mera afiliación a esos partidos […] como «propaganda del poder», advertía a la población en general que resultaba más seguro ser miembro de una organización paramilitar nazi que ser un republicano leal.”

Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo.



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