jueves, 28 de febrero de 2013
EL ESPAÑOL QUE MATÓ..... EL MUNDO 2007
El español que mató a Trotsky con un piolet
El 20 de agosto de 1940 el catalán Ramón Mercader entró en la Historia cuando, a golpe de piolet, le abrió la cabeza al líder revolucionario en su exilio mexicano. Fue su madre, una burguesa reconvertida en ferviente estalinista, quien le reclutó como agente soviético. Durante años, estuvo rodeado por un halo de misterio, que él mismo fomentó al negarse a romper su silencio. Ahora, una documentada biografía arroja luz sobre esta enigmática figura.
Por Juan Pando
El 20 de agosto de 1940 el catalán Ramón Mercader entró en la Historia cuando, a golpe de piolet, le abrió la cabeza al líder revolucionario en su exilio mexicano. Fue su madre, una burguesa reconvertida en ferviente estalinista, quien le reclutó como agente soviético. Durante años, estuvo rodeado por un halo de misterio, que él mismo fomentó al negarse a romper su silencio. Ahora, una documentada biografía arroja luz sobre esta enigmática figura.
Por Juan Pando
«No le matéis. Tiene que decir quién le envía», ordenó a sus guardaespaldas León Trotsky. A pesar de sus 60 años y de haber recibido a traición, por la espalda, un golpe brutal en el cráneo con un piolet o pico de escalar, el líder revolucionario tuvo aún fuerzas para enfrentarse a su agresor. Una reacción tan imprevisible que éste, un joven de 26 años, en su plenitud física, con una estatura imponente de ?,85 metros y un revólver en el bolsillo, no supo qué hacer, quedando a merced de quienes acudieron en auxilio de la víctima. La escena ocurría el 20 de agosto de ?940, en el despacho de la casa fortaleza de Coyoacán, Ciudad de México, en la que vivía exiliado el anciano revolucionario.
La muerte, horas después, ya el 2? de agosto, de Trotsky –artífice con Lenin de la Revolución bolchevique y creador del Ejército Rojo– abrió el que fue durante años uno de los grandes enigmas de la Historia. ¿Quién era realmente ese joven apuesto, cortés, rico, apolítico y cosmopolita que había logrado llegar hasta el viejo líder, saltándose todas las medidas de seguridad que lo protegían, gracias a su noviazgo con la trotskista norteamericana Sylvia Ageloff, secretaria eventual del político? Más importante: ¿formaba parte de un complot urdido por los servicios secretos de la Unión Soviética por orden de Stalin, máximo dirigente del país y enemigo acérrimo de Trotsky?
Aunque éste era el heredero natural de Lenin, Stalin lo había desplazado del poder, expulsándolo en ?929 de la Unión Soviética. Desde entonces, Trotsky –acusado de traidor por la mayoría de sus ex correligionarios y sin ningún país que quisiera darle asilo– había peregrinado por Turquía, Dinamarca, Francia y Noruega antes de hallar cobijo en México invitado por el presidente Cárdenas y el matrimonio formado por los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo. Nunca cejó, sin embargo, en su guerra personal con Stalin, quien, a su vez, persiguió a sus parientes y le acusó de patrocinar el terrorismo contra su país y de connivencia con los nazis alemanes para derrocar a su gobierno.
El misterioso asesino trató de disipar cualquier duda en el momento de su detención cuando –maltrecho por los golpes que había recibido de los guardaespaldas, en la cabeza, y con un mordisco en una mano que le propinó el propio Trotsky– entregó a la policía mexicana una prolija carta en francés, mecanografiada, en la que daba su versión de lo ocurrido. Se identificó como el periodista belga Jacques Mornard; así lo conocían en los círculos trotskistas, donde se sabía que usaba también la identidad de Frank Jacson, ingeniero canadiense. Ambas creíbles por igual, ya que hablaba francés e inglés con fluidez, pero parecía desconocer el español.
«Fui un devoto adepto de León Trotsky», explicaba en el extenso escrito inculpatorio. Conocerlo «constituyó un gran desencanto (...). Me encontré ante un hombre que no deseaba más que satisfacer sus deseos de venganza (...). Me propuso ir a Rusia con el fin de organizar allí una serie de atentados contra diferentes personas y en primer lugar contra Stalin (...). Desde ese momento no subsistió ya alguna duda en mi ánimo de que Trotsky no tenía otro objetivo en su vida que el de servirse de sus partidarios para satisfacer sus fines personales mezquinos (...). Decidí sacrificarme totalmente, quitando de en medio a un jefe del movimiento obrero que no hace más que perjudicarlo».
Una confesión que resultó inútil porque nadie le creyó, circunstancia que, no obstante, no le hizo variar ni un ápice su versión. Siempre sostuvo, a pesar de los interrogatorios, los golpes, los exámenes psiquiátricos y la amenaza de una larga condena en prisión, que era Jacques Mornard Vanderdresch, belga nacido en Teherán (entonces Persia, hoy Irán) el 17 de febrero de ?904 cuando su padre estuvo destinado en ese país. Que había comprado en París, en el mercado negro, un pasaporte canadiense a nombre de Frank Jacson para poder viajar a Estados Unidos, y que había matado a Trotsky sólo porque había defraudado las expectativas que había generado en él su ideología.
Veinte años de prisión por homicidio. Únicamente durante el juicio, como clara estrategia de defensa, sostuvo que había actuado en legítima defensa. Afirmó que en el fragor de una discusión Trotsky le amenazó con una pistola, él repelió el ataque con un piolet, adminículo que poseía porque practicaba la escalada (algo que se consideró una invención) y que lo tenía encima porque lo había llevado a un carpintero (lo que era verdad) para que recortara el mango (en realidad, para que fuera más fácil ocultarlo bajo la ropa). Su condena, en ?943, a 20 años de prisión por homicidio con alevosía y a indemnizar a la viuda de la víctima, Natalia Sedova, con 7.500 pesos zanjó sólo el expediente judicial.
Hubo que esperar hasta 1950 para establecer documentalmente lo que era un secreto a voces en los círculos comunistas: que el asesino de León Trotsky era, en realidad, el agente estalinista Jaime Ramón Mercader del Río, nacido en Barcelona el 7 de febrero de 1913 (de 1914, según algunas fuentes). La identificación fue posible gracias al criminólogo Alfonso Quiroz Cuarón, uno de los expertos mexicanos que lo trataron. Éste localizó, durante un viaje a Barcelona, la ficha policial de su detención en ?935 por asistir a una reunión clandestina para reorganizar las juventudes del Partido Comunista de Cataluña. El descubrimiento puso en evidencia el complot de Stalin para acabar con Trotsky.
A partir de entonces encajaron todas las piezas de la rocambolesca historia de Ramón Mercader, quien ha inspirado dos películas: El asesinato de Trotsky (1972), de Joseph Losey (con Alain Delon encarnando al catalán y Richard Burton a su víctima), y Asaltar los cielos (1996), documental de José Luis López-Linares y Javier Rioyo. Su figura vuelve a adquirir actualidad con la publicación de El grito de Trotsky (Editorial Debate), la biografía más completa escrita hasta ahora sobre el personaje, obra del veterano y reconocido periodista mexicano José Ramón Garmabella. Ramón era el segundo de los cuatro hijos de Pau Mercader y Caridad del Río, dos vástagos de la alta burguesía catalana.
La familia fue, sin embargo, a menos y los retoños de la pareja se criaron entre España y Francia, país al que se los llevaba Caridad cuando tenía problemas conyugales. Él estudió hostelería y trabajó de camarero hasta que lo captó como agente soviético su propia madre. Ésta, tras reconvertirse en ferviente estalinista, cofundó el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), formó parte del piquete que detuvo al general Goded al declararse la Guerra Civil en Barcelona, ejerció de comisaria política de la columna Durruti y fue herida de gravedad en el frente.
Caridad Mercader (usaba el apellido de su marido) fue la pieza clave de los servicios secretos soviéticos para eliminar a Trotsky. La orden de ejecutarlo se la dio Stalin, en ?938, al temible Beria, jefe de la policía secreta –la NKVD, antigua Cheka y futura KGB–, quien comisionó a un alto oficial del departamento apellidado Eitington. Éste estaba entonces combatiendo en España bajo el alias de Kotov y, casualmente, en París había sido amante de Caridad. Les había pagado los estudios a sus hijos, que lo veían como un segundo padre, y de la relación de la pareja –según cuenta Garmabella en su libro– nació un hijo, Luis, que Pau Mercader reconoció como propio.
La colaboración de Caridad Mercader resultaba esencial porque era de total confianza, hablaba español y tenía amigos en México, país que había visitado en 1936 para recaudar fondos al declararse la Guerra Civil. Ella reclutó a su propio hijo, a quien fue a buscar al frente de Guadalajara. El plan inicial era que Ramón se hiciera pasar por el rico playboy belga y periodista eventual Jacques Mornord, que enamorara a la trotskista americana Sylvia Ageloff –residente en Nueva York pero de vacaciones en París– y que a través de ella llegara hasta Trotsky, ya que su hermana, Ruth Ageloff, era nada menos que la correo del revolucionario en Estados Unidos.
Ya en México, participó en un primer intento de acabar con el político ruso, asaltando a tiros su casa fortaleza de Coayacán en la noche del 24 de mayo de 1940. La operación, comandada por el pintor y comunista mexicano David Alfaro Siqueiros, fue un fracaso. Ramón decidió entonces asesinarlo él mismo. Llegó hasta su víctima gracias a Sylvia Ageloff, como estaba previsto. Mostró, por primera vez, interés en la política y pidió al revolucionario que le corrigiera un artículo de opinión que iba a publicar. Tras una visita de ensayo para rematar su plan, el 20 de agosto, cuando estaba solo con él en su despacho, golpeó de muerte al anciano mientras éste leía el manuscrito, dándole la espalda.
Reconocido por españoles exiliados. Eitington y su madre, que lo aguardaban con un coche a la puerta de la casa para facilitarle la huida, abandonaron el país de inmediato tras su detención. En contra de las leyendas al respecto, su hermano Luis Mercader sostuvo en sus memorias –publicadas en ?990– que Ramón fue identificado desde el principio por los comunistas y trotskistas españoles exiliados en México, ya que reconocieron su fotografía en la prensa, pero callaron. Este argumento ahora lo corrobora con datos José Ramón Garmabella en su libro, El grito de Trotsky. ¿Y por qué no hablaron? Unos por no comprometer a la Unión Soviética y al partido. Otros, incluidas las autoridades, para no alentar el clima de opinión contrario a los exiliados republicanos en el país.
Mercader cumplió la mayor parte de sus 20 años de condena en la prisión de Lecumberri, donde en ?947 inició un noviazgo con la mexicana Roquelia Mendoza que acabó en boda. Se distinguió enseñando a leer a compañeros analfabetos y recibía visitantes ilustres como Pablo Neruda, Margarita Nelken y Sara Montiel.
Fue liberado el 6 de mayo de ?960, fecha en la que abandonó México hacia Moscú, donde fue condecorado Héroe de la Unión Soviética y vivió ?4 años. En ?974, tras sufrir un infarto pulmonar y cumplimentar innumerables trámites, logró el permiso para abandonar el país, instalándose con su mujer y sus hijos (adoptivos) en Cuba, donde había nacido Caridad Mercader.
Dos años después de la muerte de Franco, en ?977, pidió ayuda a Santiago Carrillo para volver a Barcelona, pero el entonces secretario general del Partido Comunista de España le impuso como condición que publicase sus memorias. «Jamás traicionaría a los míos bajo ninguna circunstancia», le respondió.
El18 de octubre de 1978, el asesino de León Trotsky –a quien, según dicen, atormentó hasta sus últimos días el gemido que profirió su víctima al recibir el golpe mortal del piolet– falleció en La Habana de cáncer sin romper su silencio. Tenía 65 años. Sus cenizas reposan en una tumba próxima a la del famoso espía inglés Kim Philby, en el cementerio Kuntzevo de Moscú, reservado a los Héroes de la Unión Soviética.
«El grito de Trotsky» (Editorial Debate), de José Ramón Garmabella, sale a la venta el viernes 4 de mayo.
EL ASESINATO DE TROTSKY. REVISTA MUY INTERESANTE
El 21 de agosto se cumplió el 70 aniversario del asesinato de León Trotsky, un político clave en la revolución bolchevique y segundo al mando del propio Lenin. Hasta llegar el golpe mortal que recibió en su despacho con un pico de escalada, se llevó a cabo un trabajo de espionaje e infiltración que ha inspirado obras del cine y la literatura. Un español, Ramón Mercader, fue quien perpetró este asesinato a las ordenes de Stalin.
Trotsky ya había sido el objetivo de un intento de asesinato. Uno de los guardaespaldas del propio revolucionario permitió la entrada a 20 hombres armados dirigidos por el pintor David Alfaro Siqueiros, quien disparó al lecho donde dormían Trotsky y su esposa. La pareja, alertada por el ruido que causó la invasión de su domicilio ya se había parapetado tras un muro y esperaron a que los guardias repeliesen el ataque.
Tras esta experiencia, se ordenó doblar la seguridad en el palacete para prevenir futuros intentos de asesinato. Pero fue Jaime Ramón Mercader del Río Hernández quien consiguió infiltrarse en los círculos más cercanos de Trotsky. Todo el que quisiera visitarle tenía que presentar credenciales y era registrado de arriba abajo por lo que su fingido noviazgo con Silvia Ageloff, una de las secretarias del revolucionario, le permitió vulnerar las medidas de seguridad.
El 20 de agosto de 1940 ya era bien recibido en el fortificado palacete. Con el pretexto de que leyese un escrito suyo, esa tarde consiguió estar a solas con la víctima en su despacho. Mientras el confiado líder le dio la espalda para aprovechar la luz de la ventana, Mercader sacó un piolet y le asestó un golpe brutal en la cabeza. Lo llevaron al hospital de la Cruz Verde y fue sometido a varias operaciones. El 21 de agosto, finalmente murió y según los documentos, a sus honras fúnebres fueron cerca de 300.000 personas.
Diego López Donaire
YEZHOV. LA MANO EJECUTORA DE STALIN
Yezhov.
El ejecutor y brazo derecho de los deseos de Stalin en calidad de máximo dirigente de la NKVD fue el joven Yezhov, un fanático que disfrutaba con el sadismo y que persiguió a los principales rivales de Stalin.
El propio Stalin se desharía de él en 1939. En la foto izquierda vemos a Stalin con Yezhov, en la de la derecha éste ha desaparecido, la manipulación de prueba y del pasado ya lo hemos visto antes en Stalin.
Yezhov disfrutaba con las cuestiones técnicas de la represión, e ideaba
instrucciones para salir al paso de la mayoría de las dificultades prácticas.
A partir de 1927 había ascendido a puestos cada vez más importantes del Secretariado del Comité Central. Con cuarenta y tres años, era la viva caricatura del fanatismo. Era bajo, casi enano, de voz aguda y piernas arqueadas. Sus compañeros jugaban con los significados de su nombre en la lengua rusa y le daban el apodo de Erizo de hierro. A instancias de Stalin, el 2 de julio el Politburó aprobó una resolución sobre los elementos antisoviéticos y Yezhov volvió al Politburó el 31 de julio con un plan para que el NKVD arrestara a 259.450 personas en el transcurso de los siguientes cuatro meses. A
mediados de agosto se aprobó que la tortura fuera un procedimiento normal de interrogación en las cárceles soviéticas. El gran terror estaba haciendo estragos, y no cesaría hasta finales de 1938.
SERVICE, Robert. Historia de Rusia en el siglo XX. Pág. 214. Ed. Crítica.
Barcelona 2000
TEXTO: EL TERROR EN LA ÉPOCA DE STALIN
El terror en época de Stalin.
En la década de los treinta Stalin –especialmente de 1936 a 1938- desató una serie de oleadas terribles de represión contra su pueblo. Los afectados iban desde los comunistas de base, importantes miembros del partido desde la época de Lenin, profesionales de todos los sectores, grupos étnicos... El origen de tales persecuciones no está claro, tal vez se debía a la
personalidad caprichosa y paranoica del líder que quería ver eliminados a todos aquellos que podían hacerle sombra, el caso es que con su política corrió la sangre y murieron millones de ciudadanos. El elemento fundamental del estalinismo no fue el terror político como tal, por mucho que se desempeñase
un papel muy importante. El núcleo auténtico del estalinismo fue el terror social, el ejercicio de la más cruel dominación, por la violencia, de las más amplias capas populares, su sometimiento a través de una explotación y opresión de intensidad y alcance hasta entonces desconocidos.
La función social del terror y de la represión es también decisiva para explicar la evidente irracionalidad, y la ausencia de motivación y justificación, de muchos actos concretos del sistema punitivo estaliniano. En la vida social el terror no podía aparecer como obediente a un fin. Era, en el sentido más amplio de la palabra, una herramienta para la modificación violenta de las condiciones de vida y trabajo de millones de personas, un medio para el afianzamiento de las peores formas de avasallamiento social, hasta alcanzar al trabajo esclavo de millones de prisioneros. Aunque abandonase la esfera social y apareciese hacia fuera como terror político, un terror de estas características no podía perder naturalmente su carácter fundamental de instrumento social. De hecho, la represión política se limitaba a completar la represión social.
REIMAN, Michal. Reiman. 1982.
APLASTADOS POR EL TERROR DE STALIN. EL PAIS 2011
Aplastados por el terror de Stalin
Octubre de 1917. El año cero de una nueva era. La revolución rusa ha triunfado y el mundo entero asiste, entre alborozado y temeroso, al nacimiento de un Estado que saluda a un nuevo hombre, a un nuevo humanismo. Lenin está en la cúspide, vigila mientras los acontecimientos se suceden a velocidad de vértigo. Los bolcheviques comienzan a escribir la historia y era necesario dotarla de símbolos, de imágenes, de palabras. Los artistas, "los ingenieros del alma", como los bautizó Stalin, comenzaron su labor y llenaron la nueva Rusia de ciencia, técnica, libros, arte.
Pero ¿cuál fue la relación entre aquella élite de hombres y mujeres que se pusieron a las órdenes de la revolución y el comunismo? Una ambiciosa exposición, La caballería roja. Creación y poder en la Rusia soviética de 1917 a 1945, en La Casa Encendida de Madrid, analiza cómo desde la muerte de Lenin, en 1924, y hasta la de Stalin, en 1953, ningún habitante de la URSS pudo permanecer al margen de una ideología. Para explicarlo con potentes imágenes, Rosa Ferré, comisaria de la muestra, ha ideado un recorrido a través de más de 300 materiales muy diversos, desde obras maestras de la vanguardia pictórica hasta algunas piezas claves en la estética del realismo socialista.
Los protagonistas son escritores, Anna Ajmátova, Mandelshtam, Pasternak, Mayakovski, Bábel, o artistas como Kandinsky, Chagall, Malévich, Ródchenko, Klucis y Deineka. La caballería roja es un viaje al talento creativo de las tres primeras décadas del siglo XX en la Rusia soviética, un momento de enorme energía creativa marcado por la más absoluta represión.
Toda una generación de intelectuales fueron asesinados o deportados cuando ya no servían para los fines del dictador
Un 80% de los protagonistas de la muestra 'La caballería roja' fueron fusilados, degradados o silenciados
Al estallido de la revolución, en 1917, la población rusa estaba formada en sus tres cuartas partes por campesinos. Lenin necesitaba una élite que ayudara a crear "ciudadanos activos", y durante los primeros años del siglo XX, los intelectuales, ebrios de entusiasmo, pusieron en marcha una potente maquinaria de propaganda multimedia. El Estado soviético utilizó su ingenio hasta que Stalin ordenó silenciar cualquier veleidad creativa. A partir de ahí, "se segaba a la gente por capas" bajo la cruel sentencia de dos palabras claves, saboteador y contrarrevolucionario.
"Nos vigilaban estrellas de la muerte, / e, inocente y convulsa, se estremecía Rusia / bajo botas ensangrentadas, bajo / las ruedas de negros furgones... De madrugada vinieron a buscarte. / Yo fui detrás de ti, como en un duelo”. Así entonaba la poetisa Anna Ajmátova su doloroso Réquiem para su hijo, sus amigos, aplastados por el régimen de Stalin. Miles de escritores fueron ejecutados durante los años del terror rojo. "Cuando llegaban los hombres vestidos de cuero, el final empezaba...". Los intelectuales que no emigraron o no fueron expulsados aterrizaron como elefantes en una cacharrería en el nuevo orden. La "generación de la edad de plata", la de Ajmátova, Tsvetaieva, Mandelshtam, Pasternak, Bulgákov, sufrió acoso y derribo, fueron asesinados o deportados cuando ya no servían a los fines de una cultura socialista. La apertura hace pocos años de los archivos literarios del KGB mostraron el horror de aquellos crímenes contra la inteligencia cometidos por Lenin y Stalin.
El cerebro de Máximo Gorki, conservado en el Instituto Neurológico de Moscú, pesa 1.420 gramos. El de Mayakovski, 1.700 gramos. El de Lenin, 1.340. En qué cabeza cabe guardar tales restos como un panteón de genialidad. Posiblemente, en la de un hombre enfermo de poder, Stalin, "el montañés del Kremlin, con ojos de cucaracha", como lo describió Mandelshtam en uno de sus poemas. Stalin planeaba por encima de todos, a la caza de los más pequeños detalles. Jugaba con sus "camaradas" como si fuera Dios. Un ejemplo. La policía abrió en 1922 un expediente al escritor Bulgákov por "ideólogo de la malévola burguesía contemporánea". Estuvo a un paso de ser deportado por negarse a escribir sobre "héroes en chaqueta de cuero, ametralladoras y comunistas heroicos". Harto de su situación de penuria, escribió una carta a Stalin. En ella solicitaba que le dieran un trabajo o que le ordenaran "abandonar en el acto los confines de la URSS". No obtuvo respuesta hasta que un día su teléfono sonó y una voz le dijo: "Va a hablar usted con el camarada Stalin". Se produjo entonces una de las conversaciones más surrealistas de aquel negro periodo: "¿De veras necesita partir al extranjero? ¿Es posible que esté tan harto de nosotros?", le preguntó Stalin. A lo que Bulgákov respondió: "He meditado mucho al respecto y he llegado a la conclusión de que un escritor ruso no puede existir fuera de su patria". Días después, Stalin le citó en el Kremlin y le concedió un trabajo para aplacarle. Pero Bulgákov nunca más volvió a publicar nada. Fue condenado al ostracismo.
Rosa Ferré ha intentado conjugar en esta exposición la genialidad del arte y la bajeza de la represión. "He querido explicar la complejidad del momento, no presentar las revoluciones de los grandes nombres como Kandinsky o Malévich. Se ha presentado al intelectual como un artista que se suma a la revolución y los políticos le traicionan. Es más una simbiosis; de hecho, fue una oportunidad para mucha gente al poder trabajar pagados por el Estado. Muchos de estos artistas no fueron en absoluto cínicos, creyeron en lo que pasó, pero también fueron viendo paulatinamente hacia dónde les llevaba la revolución".
La exposición se centra en los años que van desde la cabalgada de la primera caballería roja en la guerra civil (1918-1921) hasta la participación en la Segunda Guerra Mundial (1941-1945). En el entusiasmo inicial de la revolución, artistas como Kandinsky, Lissitszky, Ródchenko o Chagall muestran el camino hacia la abstracción. Las obras de Mayakovski o los dibujos de Natan Aktman para la representación de la toma del Palacio de Invierno -un espectáculo de masas con miles de participantes- reflejan la eficacia de la propaganda. También se muestran los avances en música, como los del físico Theremin, el inventor de uno de los primeros instrumentos musicales electrónicos, el theremin, una caja con dos antenas, que conoció su apogeo en las películas de ciencia-ficción y de terror de Hollywood en la era anterior al sintetizador. En los años de la revolución bullía el ingenio, los avances en todos los campos. Incluso el viaje a Marte aparecía ya en el horizonte de la nueva Rusia como un sueño alcanzable.
A la muerte de Lenin, todo cambió. A principios de 1928, la era de los planes quinquenales, se deja atrás el intercambio de ideas y se instaura un nacionalismo feroz. El lenguaje bolchevique se introduce en la sociedad como norma de expresión. Se populariza el término saboteador, en referencia al obrero poco entusiasta, o estajanovista, clara referencia a Stajanov, un minero que consiguió duplicar la producción. Aburguesarse es delito y conspirar contra el pueblo es hacerse candidato a la cárcel. Los trabajadores ocuparon el lugar de los santos en la imaginería pública, y los enemigos de clase, el del demonio.
En la exposición se desmonta algún que otro mito. Como el de un Stalin ignorante siempre enfrentado al Lenin intelectual. ¿Se imaginan al dictador sanguinario leyendo novelas, o gimoteando al ver una película? Pues háganlo. Sus gustos en el cine combinaban la exaltación patriótica de Eisenstein y los filmes de aventuras o los de personajes históricos con los que se identificaba, como Iván el Terrible. Le encantaba el teatro -vio una de las obras de Bulgákov hasta 15 veces- y, como buen georgiano, era aficionado a las canciones populares y a la música patriótica. Todo lo demás, lo censuraba. Él era el gran director de la cultura.
Los intelectuales que apoyaron a Stalin emprendieron poco a poco y sin saberlo el camino hacia su desaparición. A finales de los años treinta, las purgas de Stalin, los procesos que tuvieron lugar en Moscú entre 1936 y 1938, dejaron cinco millones de presos, siete millones de detenidos, un millón de ejecutados y dos millones de muertos en los campos de deportados. Al Primer Congreso de Escritores, celebrado en Moscú en 1934, acudieron 700. Solo 50 de ellos sobrevivieron para acudir al Segundo Congreso, en 1954. Cerca de un 80% de los protagonistas de la exposición La caballería roja fueron fusilados, degradados o silenciados. Como el escritor Isaak Bábel. Arrestado en 1939, fue torturado, acusado de espía por sus contactos con André Malraux, declarado "enemigo del pueblo" y fusilado el 27 de enero de 1940. Bábel, como Boris Pilniak, uno de los escritores soviéticos más leídos y populares, fue de los primeros en desvelar la cara oculta de la revolución. Pilniak veía en ella un torbellino sanguinario y retrató a Stalin como "el hombre que no se encorvaba nunca" al frente de una raza medio loba, media humana.
La lista de las víctimas del terror de Stalin es larga. "Pienso y pienso. Y no puedo entender nada. ¿Qué está pasando? ¿Cómo es que, de pronto, tenemos tantos enemigos? Todos son gente que conocemos de años, que han estado junto a nosotros. Y por alguna razón prácticamente han desaparecido tras los barrotes e instantáneamente han confesado que son enemigos del pueblo, espías, agentes de los servicios de inteligencia extranjeros. ¿De qué va todo esto? Creo que me estoy volviendo loco". Así se lamentaba Mijaíl Koltsov, el periodista que fue corresponsal de Pravda en la Guerra Civil española, el hombre de Stalin en España, el personaje que retrató Hemingway en Por quién doblan las campanas, tras ver desfilar uno por uno a sus colegas. Koltsov fue fusilado en 1940.
Un paseo de 40 minutos por La caballería roja es un viaje a una época. La ocasión de descubrir el talento de figuras poco conocidas en España que abrieron la puerta a novísimos experimentos. Como la Sinfonía de las sirenas de las fábricas, una composición escrita por Arseni Avraamov para conmemorar el quinto aniversario de la revolución rusa en Bakú, la actual capital de Azerbaiyán. En ningún país se concentró tanto talento como en la Rusia soviética de las primeras décadas del siglo XX. Artistas e intelectuales lograron crear obras y proyectos de una modernidad apabullante y con un entusiasmo que los hizo únicos.
BORÍS PILNIAK
Fue, junto con Bábel, uno de los escritores rusos más populares de su época. Torturado y fusilado en 1938.
ANNA AJMÁTOVA
Reconocida como la gran poeta rusa, su vida estuvo marcada por la tragedia. Vio morir fusilado a su marido y deportado a su hijo.
BORÍS PASTERNAK
El autor de 'Doctor Zhivago', premio Nobel, fue acusado y perseguido por "subjetividad".
ILYA ILF Y YEVGUENI PETROV
Periodistas y escritores, escribieron una de las obras más célebres, 'Las doce sillas'. Una ridiculización de la burguesía.
MIJAÍL BULGÁKOV
Fue perseguido con saña por Stalin y sus obras dejaron de publicarse. El autor de 'El maestro y Margarita' fue silenciado en vida.
VARVARA STEPÁNOVA
Compañera de Ródchenko, fue una de las principales figuras de la vanguardia.
ISAAK BÁBEL
El autor de 'La caballería roja' fue torturado, acusado de espionaje y fusilado.
EL CULTO A LA PERSONALIDAD DE STALIN
El culto a la personalidad en la época de Stalin.
Conforme el terror y las persecuciones contra sus oponentes se intensificaban, Stalin, con todos los medios de comunicación que le proporcionaba el estado totalitario, daba rienda suelta a la elevación de su persona casi a la altura de un dios. El líder era representado como los zares o como Dios mismo, ir contra él era un delito que se pagaba con la muerte; a la vez la imagen que tenían que tener de él los esforzados ciudadanos soviéticos era la de un padre que sólo procuraba el bien de sus hijos.
Stalin es el líder brillante y el maestro del Partido, el gran estratega de la revolución socialista, el comandante militar y el guía del Estado soviético. Características de su estilo son una actitud implacable hacia los enemigos del socialismo, una profunda fidelidad hacia los principios, una combinación de claras perspectivas revolucionarias y de nitidez de objetivos con una firmeza extraordinaria y una persistencia en la prosecución de las metas, un liderazgo sabio y práctico, y un contacto íntimo con las masas. Después de Lenin, ningún otro dirigente mundial ha tenido que dirigir a masas tan ingentes de trabajadores y campesinos. Stalin tiene una irrepetible facilidad para generalizar la constructiva experiencia revolucionaria de las masas, para captar y desarrollar su iniciativa, para aprender de ellas al mismo tiempo que les enseña, y para dirigirlas hacia la victoria.
En unión con leninistas escogidos y probados, que son sus colegas inmediatos, y a la cabeza del gran Partido Bolchevique, Stalin guía los destinos de un Estado socialista multinacional, un Estado de trabajadores y campesinos que carece de precedentes en la historia. Su trabajo es extraordinario por su variedad y por su energía, verdaderamente sorprendentes. La amplitud de los problemas a los que dedica su atención es inmensa.
Todo el mundo conoce la convincente e invencible fuerza de la lógica de Stalin, la cristalina claridad de su mente, su voluntad de hierro, su devoción al Partido, su fe ardiente y su amor por el pueblo. Todo el mundo conoce su modestia, la sencillez de su conducta, su consideración por el pueblo y su severidad despiadada hacia los enemigos de éste. Stalin es el digno continuador de la causa de Lenin o, tal y como se dice en el Partido, Stalin es el Lenin de hoy.
Alexandrov, G. F. Stalin: biografía corta (Texto Sabuco)
OPINIÓN DE LENIN SOBRE STALIN
"El camarada Stalin, desde que llegó a secretario general, ha concentrado en sus manos un inmenso poder, y no estoy seguro de que siempre sepa utilizarlo con prudencia.(...) Stalin es demasiado brutal, y este defecto, tolerante en las relaciones entre comunistas, es inadmisible en el puesto de secretario general. También propongo a los camaradas en la forma de desplazar a Stalin y de nombrar en ese puesto un hombre que presentara, desde ese punto de vista, la ventaja de ser más tolerante, más leal, más educado, más atento hacia los camaradas, menos caprichoso, etc.”
Lenin. Cartas de 23 al 26 de diciembre de 1922, dirigidas al XIII Congreso del PCUS.
EL PERIODO ESTALINISTA 1927 A 1939
4.- EL PERÍODO ESTALINISTA 1927/1939
Iósif Vissariónovich Stalin sucede a Lenin, instaurando una dictadura personal consolida el régimen soviético y lleva a la URSS a ser una gran potencia.
4.1.- La sucesión de Lenin.
- Lenin se retira de la política en el 23 muriendo un año después sin dejar un testamento político claro. Aunque opinó en varios documento de su preocupación ante el “ascenso y poder” de Stalin.
- De esta forma la decisión queda en manos del Comité Central del Partido. Así destacan dos candidatos:
- Trotski, con meritos sobrados aunque al principio había tenido disputas con Lenin, presidente del Soviet de San Petersburgo, organizador de la Revolución de Octubre y creador del ejército rojo. Insistía en la idea de llevar la Revolución a otros países (la revolución mundial)
- Stalin fue bolchevique desde el principio, tuvo un papel activo en la revolución del 1905, tuvo cargos importantes dentro del partido, formó parte del 1º gobierno bolchevique al ser un gran organizador, ocupando incluso la secretaría del Partido quitando desde ese puesto a todo aquel que podía hacerle “sombra” o no comulgaba con sus ideas. Defendía la idea del “socialismo en un solo país”.
- Tras la muerte de Lenin, Trotski fue cayendo en desgracia. Perdió sus cargos, fue detenido y deportado a Siberia, siendo expulsado de la URSS en 1929: fue asesinado por orden de Stalin durante su exilio en México en 1939.
4.2.- SOCIALIZACIÓN Y PLANIFICACIÓN
· El periodo comprendido entre el 27 y 39 se caracteriza por la planificación de la economía, la industria y la colectivización del campo.
· La NEP se abandona en el 29, iniciándose la planificación estatal de la economía. Esta planificación suponía la implantación de directrices económicas que se alcanzarían mediante el control de la producción industrial y la colectivización de la tierra.
· El Plan se llevó a cabo a través de los llamados Planes Quinquenales:
o I Plan Quinquenal.
§ Se inicia el 1 de octubre de 1928
§ Sus objetivos eran:
· La desaparición del sector privado (que la NEP había permitido)
· La autofinanciación de las grandes inversiones ante la falta de empréstitos exteriores.
· La formación de técnicos y mano de obra especializada.
· Desarrollo de la industria pesada.
· Construcción de gigantescas obras públicas (mejora las infraestructuras y da empleo)
§ Para alcanzar estos objetivos se movilizó a la población de forma casi militar con resultados espectaculares: producción de carbón, hierro y electricidad aumento enormemente, así como el de obreros industriales, aunque en el campo no fueron tan exitosos.
· El campo era un problema importante, la NEP había permitido ciertos cambios que ahora el Plan Quinquenal no podía permitir. y había permitido que los Kulak se enriquecieron
· En el plan puso en marcha un sistema de colectivización que acabó con la propiedad privada: un 5% cooperativas o koljoses y las granjas del estado un 97% jovjosese
· Así la colectividad acaba con los kulaks pero con un enorme coste: centenares de campesinos murieron deportados, la producción ganadera se hundió por abandono y el campo se quedó sin trabajadores cualificados.
· Solo se considera un éxito la mecanización que experimenta la producción cerealística.
o II Plan Quinquenal
§ Se desarrolla entre el 33 y el 37.
§ La producción industrial y agraria aumentó
§ Las condiciones de vida de la población mejoraron
o III Plan Quinquenal
§ Se desarrolla del 37 al 42
§ Se tuvo que modificar para atender las necesidades de la II GM
4.3.- LA DICTADURA DE STALIN
- El régimen estalinista fue dictatorial y empleo métodos brutales, eliminando toda la oposición, incluso dentro del Partido comunista.
- La oposición política había sido eliminada y aparentemente el pueblo apoyaba al régimen.
- Los problemas surgen dentro del partido:
- Desde el 33 se habían llevado a cabo depuraciones internas, debidas a la obsesión de Stalin que “veía” conspiraciones en su contra. Cualquier crítica se convertía en un complot que había que eliminar.
- Entre el 33 y 34 depuraron y expulsaron a una gran parte de sus militantes. (1º y 2º oleada)
- La 3º oleada fue la más destacada (del 36 al 38) en los llamados Procesos de Moscú, en los que fueron juzgados y ejecutados, acusados de los crímenes más absurdos la mayoría de antiguos dirigentes bolcheviques, dirigentes del partido y oficiales del ejército.
o Como consecuencia surge un nuevo Partido Comunista totalmente sometido a la voluntad de Stalin, que fue objeto de un obsesivo “culto a la personalidad”.
- En la sociedad del 39 en vísperas de la II GM:
- el poder soviético se había consolidado
- el Partido Comunista dominaba todos los aspectos de la vida
- La propiedad privada había sido abolida.
- El país se había industrializado y las ciudades habían crecido enormemente
- La URSS se había convertido en una potencia económica mundial. El pueblo apoyaba a Stalin, las represiones apenas si habían afectado a la población, que valoraba del poder la vuelta al orden a la moral, al sentimiento patriótico a la paz, al desarrollo cultural y a una cierta mejora en las condiciones de vida.
4.4.- EL PAPEL DE LA URSS EN EL MUNDO
- Las sociedades liberales y capitalistas se sintieron amenazas ante el movimiento obrero. (Claro está que en los grupos obreros demostró un gran entusiasmo)
- Los comunistas rusos eran inicialmente internacionalistas y confiaban en una rápida extensión mundial de la revolución, aunque algunos acontecimientos políticos le hicieron replantearse estos principios.
- En 1920 la URSS consiguió romper el cerco internacional y entablar relaciones con la mayor parte de los países e instituciones internacionales.
- Sin embargo fue considerada fascista, enemigo político e ideológico y las naciones democráticas no acaban de confiar en el régimen.
4.5.- LA III INTERNACIONAL.
- Los nuevos gobiernos quisieron impulsar la revolución fuera de sus fronteras.
- Para ello creo en Moscú en marzo del 19, la III Internacional conocida también como Komintern o Internacional Comunista: siguió siempre la política Exterior soviética y mantuvo el objetivo del modelo URSS para todo el mundo.
- Sin embargo los socialistas adoptaron una posición muy crítica respecto a la URSS, debido a la falta de libertades políticas y sindicales.
- La III Internacional trajo consigo una nueva división del movimiento obrero entre comunistas y socialistas que deriva en un mayor debilitamiento. El fascismo aplazo estas diferencias en los partidos Frentes Populares en la segunda mitad de los años treinta.
- Fue disuelta voluntariamente por Stalin en el 43 como muestra de buena voluntad ante los aliados occidentales para fortalecer la alianza frente al nazismo en la II Guerra Mundial.
PROPAGANDA SOBRE LA NEP
Lenin y la propaganda NEP
Cartel de propaganda sobre los cambios agrícolas de la NEP
"Camaradas vamos juntos a.....podemos echar a los kulak y..."
Cartel propagandístico
COMUNISMO DE GUERRA . Clasesdehistoria
El "Comunismo de Guerra" (1918 / 1921) (Clasesdehistoria)
Esta etapa discurrió entre la disolución de la Asamblea Constituyente (enero de 1918) y la celebración del X Congreso del Partido Bolchevique (marzo de 1921). En ella se desarrollaron los siguientes acontecimientos:
Plano militar
Finalizada la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial, comenzó la Guerra Civil, que se alargó hasta 1920. En ella se enfrentaron dos bandos:
De un lado, el de los blancos, compuesto por restos del ejército zarista y otras fuerzas (kadetes, socialrevolucionarios, sectores mencheviques), junto a las potencias extranjeras (Francia, Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña). Del otro, el Ejército Rojo bolchevique, dirigido y organizado por Trotsky.
La victoria final fue para los bolcheviques, debido a tres factores: el apoyo popular, la escasa coordinación de los ejércitos enemigos y la labor estratégico-organizativa de Trotsky.
Terminada la Guerra Civil se inició en 1920 la Guerra ruso-polaca por cuestiones fronterizas.
Las tres guerras (Primera Guerra mundial, guerra civil y guerra contra Polonia) acarrearon graves consecuencias económicas y humanas para la URSS y pusieron de manifiesto el aislamiento internacional en que se encontraba el nuevo régimen.
Plano económico y social
El utopismo revolucionario, el deseo de construir rápidamente la nueva sociedad socialista y las dificultades derivadas de la guerra, impulsaron a los bolcheviques a adoptar un conjunto de medidas económicas a partir del verano de 1918, que son conocidas con el nombre de "Comunismo de Guerra". Con ellas pretendían rescatar a la revolución de la comprometida situación en que se hallaba, a causa de la guerra civil, la agresión exterior y la crisis económica.
Sus principales rasgos fueron:
• Estatalización de los sectores económicos y las empresas.
• Planificación.
• Aspiración a conseguir la autarquía.
• Abandono de las prácticas económicas capitalistas.
• Participación de los trabajadores en la dirección económica mediante la autogestión.
• Creación en el sector agrario de las primeras colectivizaciones (koljoses y sovjoses).
• Requisas de grano a los campesinos con el fin de abastecer el frente de guerra y las ciudades.
Los resultados fueron desastrosos:
• Caída de la producción agrícola por la oposición de los campesinos a las requisas.
• Caos industrial como consecuencia de la autogestión obrera en las fábricas.
• Imposibilidad de alcanzar las metas planificadas.
• Surgimiento de un mercado negro que funcionaba al margen del oficial.
• Carestía, hambre y disminución de la población urbana.
En 1921 el X Congreso del Partido decidió dar un giro a la política económica e inauguró la NEP (Nueva Política Económica), retornando con ello a determinadas prácticas, que fueron consideradas por sus detractores como un "Capitalismo de Estado".
Plano político
Durante el "comunismo de guerra" se asentaron las bases del nuevo Estado soviético, fundamentado en la centralización de decisiones en manos de los altos órganos del Partido (Comité Central y Secretariado General) y del Estado (Consejo de Comisarios del Pueblo).
Otros procesos que tuvieron lugar fueron:
• La fusión Estado-Partido Bolchevique, excluyéndose de la participación política a los restantes grupos como los mencheviques.
• La alianza de las diferentes repúblicas autónomas que constituyeron la URSS, bajo la supremacía de la República Socialista Federativa Soviética Rusa, con capital en Moscú.
Debido al aislamiento internacional del nuevo Estado, se creó la Tercera Internacional (Komintern), fundada en marzo de 1919 con el fin de difundir la revolución y lograr aumentar las simpatías por la URSS en el exterior.
IMÁGENES SOBRE EL TRATADO.
Texto del Tratado de Brest-Litovsk
Portada del texto
Firma del Tratado
Sin olvidarnos de dar las gracias a otros compañeros y compañeras blogueros.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)